Kraftwerk - Minimum Maximum: A muchos les parecerá paradójico que exista un disco de Kraftwerk en vivo, al fin y al cabo lo que Hütter y Schneider vienen haciendo desde hace más de 30 años es una música electrónica muy robótica y programada, producto de estudio más que de escenarios, totalmente desangelada y deshumanizada.
¡Qué equivocados que están! Quienes han tenido la suerte de verlos en vivo (como yo) sabrán la maravillosa experiencia que son sus recitales y toda la energía que se desprende del escenario, pese a que, sí, lo que hay allí son cuatro alemanes vestidos iguales y parados duritos detrás de unas escuetas laptops, más parecidos a ingenieros que a músicos, mientras se proyectan imágenes en unas pantallas detrás de ellos. Pero que esta austeridad no llame a engaño, no hace falta ser un malabarista del instrumento para transmitir fuerza y sentimiento, y esto es lo que los Kraftwerk demuestran en vivo, que no sólo saben tocar sino que se tocan todo y que ponen el alma en lo que hacen. Y, aunque no me crean, con muchísimo sentido del humor.
Minimum - Maximum recopila casi todo el set de canciones (si mal no recuerdo sólo faltan Computer love y The telephone call) de la gira 2004. Es difícil destacar los puntos más fuertes del álbum, aunque definitivamente el disco 2 es mucho más impactante que el primero, y la extensa Music non stop que cierra el álbum y el show es de una polenta increíble, con todo el público de Moscú alucinando y (probablemente) los Kraftwerk zapando sobre el ritmo funky de la canción. Puestos a elegir, son también impresionantes las versiones de Elektro Kardiogram, Aero Dynamik, Dentaku, las tres Tour de France y la cada vez más delirante Numbers. Una mención aparte es para Planet of visions, una reelaboración de Expo 2000 (el jingle que compusieran para el Festival Expo de Alemania) que gana muchísimo en esta versión.
El sonido de los dos CDs es impresionante, uno sólo se da cuenta de que es en vivo porque se escucha al público. Sin embargo, me parece que suena así no por haber sido retocado posteriormente en estudio, sino que, básicamente, lo que hay sobre el escenario (y detrás de él) es la versión móvil del estudio Kling Klang, por lo que, al menos en la calidad sonora, no hay diferencia apreciable entre vivo y en estudio.
La parte gráfica es particularmente impactante para quienes vimos los recitales, ya que el cuadernillo consta de fotos a doble página de los mejores momentos del show, y supongo que será igual de interesante para quienes no los vieron, ya que dan una muy buena idea de lo que uno recibe visualmente de Kraftwerk en vivo.
En síntesis, un disco imprescindible de una banda también imprescindible.

Saurio